top of page

CIENCIA

¿COMPRUEBA LA CIENCIA QUE DIOS NO EXISTE?

UN VISTAZO A RICHARD DAWKINS

 

 

El universo que observamos, ¿encaja mejor con la historia teísta o con la atea? Tenemos que hacer observaciones cuidadosas para ver si hay buenas razones para pensar que el mejor argumento de Richard Dawkins contra la existencia de Dios es cierto. En mi estudio de este tema, leí un artículo  Por Gregory E. Ganssle, que nos explica sobre este tema:

 

 

Introducción

No es extraño que la gente piense que hay un fuerte conflicto entre las pretensiones de la ciencia y la noción de que Dios existe. Algunos incluso sostienen que la ciencia demuestra que Dios no existe. En este artículo voy investigar este asunto con la obra de Richard Dawkins en mente. El libro de Dawkins, The God Delution [La falsa ilusión de Dios]2, es una defensa popular del ateísmo a la luz de la ciencia actual. Señalo que Dawkins nunca afirma que la ciencia puede refutar la existencia de Dios. Él piensa que la ciencia puede mostrar que la realidad de Dios es muy improbable. Uno de los conflictos entre la ciencia y las creencias religiosas que él trata se refiere a la posibilidad de los milagros.

 

La ciencia y los milagros

Está claro que las ciencias no pueden investigar directamente la existencia de Dios porque, según la ciencia, no podemos detectar a Dios con nuestros sentidos. Cualquier conexión entre la investigación científica y Dios tendrá que ser indirecta. Los milagros, sin embargo, son eventos en el espacio y el tiempo. Si ocurre un milagro, lo podemos detectar con los sentidos. ¿Pueden las ciencias mostrar que los milagros no pueden ocurrir? Dawkins escribe: “los milagros, por definición, violan los principios de la ciencia” (Dawkins, 59).

 

Si los milagros no pueden ocurrir, esto socava la confianza en la verdad de nuestra convicción religiosa. ¿Puede la ciencia mostrar que los milagros no son posibles?

 

La gente suele pensar en un milagro como una transgresión de una ley de la naturaleza. Algunos afirman que, o bien la ciencia en general o alguna ciencia en particular establece el hecho de que no podemos transgredir las leyes de la naturaleza. Dawkins conecta su comentario de que los milagros violan los principios de la ciencia a este aspecto del asunto de los milagros. Si aceptamos esta afirmación depende de lo que significa transgredir una ley de la naturaleza. Por desgracia, la afirmación de Dawkins revela un malentendido de la ciencia.

 

Las leyes de la naturaleza descubiertas por la ciencia nos dicen cómo las cosas normalmente ocurren. Nos dicen, por ejemplo, que si le proporcionamos suficiente agua y luz del sol, el pasto crece bien. Supongamos que usted está haciendo un experimento científico para mostrar que el agua ayuda al crecimiento del pasto. Usted prepara dos vasijas de tierra y espolvorea cada una con semilla de pasto. Durante las próximas semanas, riega la primera vasija, pero no la otra. Su objetivo es comparar las vasijas y mostrar que la vasija que regó tiene el mejor pasto. El resultado es lo que normalmente sucede. Sin embargo, si yo me cuelo a su habitación cada día y vierto un poco de gasolina en la vasija que está regando, voy a arruinar el experimento. El pasto no crecerá. ¿Podrá usted llegar a la conclusión de que el agua no contribuye al crecimiento del pasto? No, porque yo he interferido, y el experimento ya no es un medio confiable para decir lo que sucede normalmente.

 

Un milagro es el mismo tipo de interferencia. Dios interviene y causa que suceda algo que no habría ocurrido normalmente. El hecho de que la ciencia investiga lo que sucede normalmente debe llevarnos a reconocer que la ciencia no puede mostrar que los milagros no pueden ocurrir. Los métodos de la ciencia no pueden descartar la intervención de Dios. Por lo tanto, si los métodos de la ciencia no pueden mostrar que los milagros no pueden suceder, ¿cómo puede entrar en los argumentos a favor o en contra de la existencia de Dios?

 

Dawkins defiende la idea de que la afirmación de que Dios existe es una afirmación científica. Parece dar a entender que tenemos que determinar la existencia de Dios científicamente: “Voy a sugerir que la existencia de Dios es una hipótesis científica como cualquier otra. Aunque es difícil de probar en la práctica ... la existencia o no-existencia de Dios es un hecho científico acerca del universo, que puede ser descubierto en principio, si no en la práctica” (Dawkins, 50). Suena como si Dawkins piensa que debemos establecer el asunto de la existencia de Dios con los métodos de la ciencia.

 

 

Aunque Dawkins alude en esta posición, éste no es su verdadero punto de vista. Tampoco lo debe ser. La existencia de Dios, piensa él, debe tener pruebas que estén a disposición de los métodos científicos. Él no piensa que los métodos científicos son los únicos que son pertinentes. Los argumentos que Dawkins plantea frente a la existencia de Dios, aunque se basan en conclusiones científicas, son principalmente argumentos filosóficos.

 

No es irrazonable pensar, como lo hace Dawkins, que si Dios existe, debe haber cierta evidencia empírica de su existencia. Por lo tanto, aun si no podemos descubrir a Dios directamente por la observación, debe haber algunos indicios de su existencia en el universo que Él hizo, que proporcionen pistas sobre su existencia. Los métodos científicos deben discernir algunas de estas huellas.

 

En el resto de este artículo, investigo cómo Dawkins emplea algunas de estas pruebas en lo que me parece su mejor argumento contra la existencia de Dios.

 

El mejor argumento de Dawkins contra la existencia de Dios

 

¿Proceso natural o creación teísta?

La respuesta de Dawkins ante la ciencia y los milagros, sin embargo, no es su mejor argumento. Así que, después de ver la relación entre la ciencia y los milagros, me dirijo hacia el mejor argumento de Dawkins contra el teísmo y ofrezco razones para concluir que no es muy bueno.

 

Dawkins basa su mejor argumento en la afirmación de que un universo creado por Dios sería diferente del que es sólo un producto de los procesos naturales. Es decir, la existencia de Dios marcaría alguna diferencia detectable en el mundo. Si la existencia de Dios no marcara ninguna diferencia a lo que observamos acerca del universo, nos preguntaríamos a qué equivale la creencia en Dios. Nuestro universo, ¿parece uno que Dios hizo, o se parece a un universo ateo?  Dawkins sostiene que nuestro universo se ajusta mejor a una cosmovisión atea.

 

Sus observaciones acerca del mundo muestran que tiene las marcas de un universo ateo, en lugar de las marcas de uno teísta. Dawkins no explica su argumento con precisión, pero podemos resumir su razonamiento en la forma de un argumento deductivo:

 

  • Un universo creado por Dios sería diferente de uno hecho sólo por procesos naturales.

  • Nuestro universo encaja mejor con un universo naturalista que con uno teísta.

  • Por lo tanto, es más probable que nuestro universo sea uno naturalista que uno teísta.

 

Este tipo de argumento es válido. Si las premisas son ciertas, la conclusión debe ser verdad. Es también una discusión sobre ajuste. Este argumento afirma que nuestro universo se ajusta mejor a la opinión de que no hay Dios. También afirma que el universo como lo vemos no encaja tan bien con la existencia de Dios. De esta manera, podemos probar las dos cosmovisiones. Podemos comprender qué tipo de universo se ajusta mejor a cada punto de vista, y podemos mirar y ver a través de medios científicos y otros si el universo se ajusta mejor a una u otra teoría.

 

Es importante aclarar el concepto de ajuste. Lo que Dawkins tiene en mente es que hay una conexión entre lo que es nuestro universo y lo que se espera que sea si no hay Dios. Por esta afirmación Dawkins presenta la mayor parte del trabajo en su argumento.

 

El universo que observamos, ¿encaja mejor con la historia teísta que con la atea? Tenemos que hacer observaciones cuidadosas para ver si hay buenas razones para pensar que la segunda premisa de Dawkins es cierta.

 

Aunque Dawkins no explica en forma precisa cómo nuestro universo se ajusta con el ateísmo, sí indica hacia la dirección de lo que él tiene en mente. “Él cree que cualquier universo ateo, con vida compleja, incluiría un largo período de evolución biológica a través de un proceso algo como la selección natural”. Por otra parte, creo que él sostiene que un universo teísta probablemente no incluiría un largo desarrollo. Dawkins no hace esta afirmación explícitamente, pero parece estar detrás de su enfoque. Su argumento, entonces, es que la selección natural no encaja bien en un universo teísta, pero encaja perfectamente en un universo ateo. Ya que Dawkins cree que la evidencia de la selección natural es fuerte, la probabilidad de que el universo es ateo es muy alta.3

 

Supongamos que Dawkins tiene razón, que la evolución biológica por selección natural no se ajusta tan bien a un universo teísta. Pero si Dios existe, no podemos restringir el origen de las diferentes formas de vida a procesos graduales. Dios podía usar cualquier proceso que quería para crear seres vivos. Si Dios existe, es posible que en un solo momento Él trajera a la existencia la variedad de los seres vivos. Dios no está limitado a procesos durante largos períodos de tiempo.

 

Si Dios existe, nuestras expectativas acerca del desarrollo de la vida biológica están totalmente abiertas. El teísmo no descarta un largo proceso de desarrollo biológico, pero los teístas no se limitan a esas teorías. En un universo ateo, sin embargo, la vida tiene que desarrollarse durante un largo tiempo. La variedad de formas de vida no pueden surgir de una vez. La vida compleja requirió un proceso de desarrollo largo.

 

Puesto que Dios podía crear vida en muchas maneras, el hecho de que se produjo como resultado de un largo proceso no constituye una prueba para el teísmo. El ateísmo, sin embargo, requiere algún tipo de proceso biológico a largo plazo para la compleja vida biológica. Por lo tanto, la selección natural aporta pruebas a favor del ateísmo. Este aspecto del universo, entonces, sí apoya la afirmación de Dawkins de que no hay Dios. Es importante que reconozcamos que la selección natural proporciona evidencia a favor del ateísmo aunque es compatible con el teísmo.

 

Tres elementos que se ajustan mejor en un universo teísta

Según Dawkins, la selección natural apoya la afirmación de que el universo es ateo. Esto hace que el argumento de Dawkins sea el mejor que ofrece. Sin embargo, si todo lo que vemos es el desarrollo de la vida biológica compleja, su caso sería bastante sólido. Sin embargo, otros aspectos del universo, tal como lo encontramos, apuntan en la dirección opuesta. Aquí hay tres elementos principales de nuestro universo que se ajustan mucho mejor con un universo en el que Dios existe que en el universo ateo. No es que sean incompatibles con el ateísmo, pero no encajan en el mundo ateo.

 

Elemento uno: Un mundo que está ordenado y abierto a la investigación racional se adapta mejor en un universo teísta.

 

Si Dios existe, el universo está compuesto por una mente inteligente por razones. Este hecho nos lleva a esperar que nuestro universo sea algo que podemos captar racionalmente. Tiene sentido que hayan leyes estables que nos permitan hacer predicciones y sacar conclusiones. Si Dios existe, esperaríamos que sea un universo ordenado. Si Dios existe y creó el universo por razones, sería sorprendente si ese universo no mostrara nada del orden que lo haría abierto a la investigación racional.

 

Si el ateísmo es cierto, sin embargo, el universo no tendría que estar abierto a la investigación racional. Se adapta perfectamente bien con el ateísmo que el universo sea tremendamente caótico. Mientras que el estar abierto al estudio racional es compatible con un universo ateo, la teoría de que Dios no existe permite que el universo exhiba cualquier amplia variedad de descripciones en cuanto al orden se refiere. El hecho de que nuestro universo está ordenado y susceptible a la investigación, sin embargo, encaja mejor con la afirmación de que Dios sí existe.

 

El hecho de que un universo ordenado encaja mejor con el teísmo que con el ateísmo debilita el argumento de Dawkins también de otra manera. Este hecho no es meramente una forma en que el universo que observamos se ajusta con el teísmo. También proporciona evidencia de que la afirmación de Dawkins, de que la forma en que la vida biológica se desarrolló, proporciona evidencia a favor del ateísmo. Pero la vida no podría desarrollarse de la manera que Dawkins piensa, a no ser que el mundo estuviera ordenado y cumpliera las leyes. En otras palabras, se necesita un universo teísta para aun hacer posible la evolución.

 

Elemento dos: La consciencia se adapta mejor en un universo teísta.

 

La consciencia humana es difícil de explicar si el ateísmo es cierto. Una característica de la consciencia es que cada persona experimenta directamente su propia mente. Tenemos acceso a nuestros propios pensamientos e ideas. Sé que estoy pensando en el café. Puede ser que no sepa lo que usted está pensando. Usted me puede decir que está pensando en el café, o lo puedo deducir de su comportamiento o sus hábitos, pero sé directamente mis propios pensamientos. Soy dueño de mi propia perspectiva.

 

Si Dios existe, entonces lo principal que existe es una mente consciente. No es un gran misterio la idea de que una mente consciente, si es que crea algo, crearía otras mentes conscientes, que pueden pensar y tienen sus propios puntos de vista.

 

La opinión de que no hay Dios afirma que cualquier ser vivo complejo es el producto de un largo proceso natural de desarrollo, desde seres vivos más simples. Cualquier especie de animales que tienen mentes conscientes se originaron en última instancia de las especies que no tenían mentes conscientes, por procesos que no se llevan a cabo por una mente consciente. Si el ateísmo es cierto, sería sorprendente que hubiera alguna mente consciente. La existencia de seres conscientes, al igual que el orden del universo, es una característica detectable del universo, que confirma el teísmo en contraste con el ateísmo.

 

Elemento tres: Las obligaciones morales objetivas se ajustan mejor a un universo teísta.

 

Nuestra moralidad no está sujeta a nuestros sentimientos, si es que sentimos que algo es moralmente aceptable. La moral objetiva se basa en lo que Dios dice en la Biblia; por lo tanto, encaja mejor en un universo teísta, uno en el que Dios reina. La afirmación: “Es malo torturar a una persona hasta la muerte sólo por diversión”, parece ser cierta, y la obligación que prescribe parece aplicarse a todos los seres humanos. Es difícil imaginar que tal obligación es vinculante sólo a causa de los deseos o las metas de una persona o sociedad. Es razonable pensar que hay obligaciones morales objetivas.

 

Si hay tales obligaciones, constituyen otra característica detectable del universo que no encaja bien dentro del ateísmo. El filósofo John Mackie, en su rigurosa defensa del ateísmo, reconoce que estos valores fundarían un fuerte argumento a favor de Dios: “[Los valores morales objetivos] constituyen un cúmulo tan extraño de cualidades y relaciones que es muy poco probable que hayan surgido en el curso ordinario de los acontecimientos, sin un Dios todopoderoso que los haya creado. Por tanto, si existen tales valores objetivos intrínsecamente normativos, hacen más probable la existencia de un Dios de lo que hubiera sido sin ellos.”4

 

Si Dios nos hizo para que encarnemos ciertas virtudes, la objetividad de las obligaciones morales tiene sentido. Si Dios tiene propósitos espirituales para nosotros  que encontremos una relación con Él y lo experimentemos como nuestro bien más elevado Él puede establecer reglas morales como guía para la mejor manera de cumplirlos. Cualesquiera que sean los propósitos de Dios, tiene sentido que Él nos haga el tipo de seres que están sujetos a verdades morales y que las entiendan y obren conforme a ellas. Si el teísmo es cierto, debemos esperar un mundo moral; un mundo con obligaciones morales objetivas. Por el contrario, esas obligaciones no se ajustan tan bien en un mundo ateo.

 

 

Resumen

Dawkins basa su mejor argumento contra la existencia de Dios en la afirmación de que nuestro universo se ajusta mejor con el ateísmo que con el teísmo. La característica que indica Dawkins es el hecho de que la vida compleja se desarrolló durante un largo período de tiempo a través de la selección natural. En un universo sin Dios, pero con una vida compleja, se espera que haya habido un largo proceso de desarrollo. Si la vida se desarrolló de esta manera, se contaría como prueba de que el ateísmo es cierto. Así que el argumento de Dawkins identifica de una manera que el universo encaja mejor con el ateísmo. Sin embargo, yo he identificado otras tres características detectables de nuestro universo que apuntan a una conclusión diferente. Cada una de estas características se ajusta mejor a un universo teísta que con un universo ateo. Las tres características que identifico muestran que hay una buena razón para rechazar la alegación de Dawkins de que el universo encaja mejor con el ateísmo que con el teísmo. Por otra parte, una de estas formas, que nuestro universo es ordenado y cumple leyes, muestra que Dawkins sobreestima la fuerza del apoyo que la evolución da al ateísmo. El mejor argumento de Dawkins, a las finales no tiene sentido. La ciencia, como era de esperar, no puede refutar la existencia de Dios.

 

Gregory E. Ganssle, Ph.D., director asociado e investigador principal, Rivendell Institute, Universidad de Yale, New Haven, Connecticut.

 

Notas

1. Este artículo ha sido adaptado de mi libro A Reasonable God: Engaging the New Face of Atheism [Un Dios razonable] (Waco: Baylor University Press, 2009).

 

2. Richard Dawkins, The God Delusion [La falsa ilusión de Dios] (Boston: Houghton Mifflin Co., 2006). Las citas a Dawkins estarán en paréntesis (Dawkins, pp.).

 

3. Muchos cristianos piensan que no es considerable la evidencia de desarrollo biológico a través de selección natural, pero deben reconocer que Dawkins piensa que lo es. Él no se deja persuadir por cualquier desafío a su argumento, que duda de la presente teoría evolucionaria. Es muy prudente, al argumentar, buscar el terreno más común y desafiar su argumento en premisas que él acepte.

 

4. J. L. Mackie, The Miracle of Theism [El milagro del teismo] (Oxford: Oxford University Press, 1982), 115,116.

bottom of page