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LA FINALIDAD DEL MINISTERIO QUÍNTUPLE METAS VARIEDAD EQUILIBRIO

Este tema, lo estoy tratando por adelantado, con el propósito de entender lo vital que es pensar como UN CUERPO MINISTERIAL. Antes de entender la actividad de cada ministerio. Nuestro Señor al desarrollar los cinco ministerios, busco mantener la finalidad de ellos en su: Meta, Variedad y Equilibrio para que el CUERPO pudiera cumplir con el servicio al cual fue llamado. Esto implicaba que el Don u oficio ministerial tenía que estar alimentado y ligado a la Esencia o naturaleza del Señor, para que así, pudiera mostrarse tanto la forma como la esencia correcta del ministerio al cuerpo que es su iglesia.

 

Como hemos explicado anterior mente, Jesucristo no vino para pelear por puesto de popularidad de Rey o de millonario ostentoso ni mostrar características contrarias a su propia naturaleza, sino para dar testimonio de la verdad, se mantuvo firme en tener cuidado de los deseos de la carne para no dejarse influenciar por ellos y contaminar la verdad manifestada a través de los Dones del Ministerio que se estaban operando en él, por el contrario se mantuvo perfecto hasta la muerte, por consiguiente él demanda lo mismo, por ello:

LA FINALIDAD DEL MINISTERIO ESTA MARCADA EN EFESIOS 4:12:

“Para perfeccionar  a  los santos,  para  la  obra  del  ministerio  para  la edificación del cuerpo de Cristo”.

 

La palabra perfeccionar   (KARTISMOS) en su forma verbal implica reparar o restaurar (Mat 4:21, He. 11:3, Gál. 6:1) aquí es probable que su significado venga de la forma derivada que no implica un estado de ruina anterior. Por consiguiente denota el ajuste y preparación completa que significa un proceso que conduce a la consumación; es decir, llenar o completar lo que todavía está incompleto. Por lo tanto, estimulan despiertan y desarrollan a los demás, para que ministren más eficazmente y todo con el fin general de edificar el conjunto. Podemos preguntarnos lo siguiente: ¿Hasta cuándo dio El los dones del ministerio? Efesios 13 nos responde claramente

“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de Dios a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.”

Estos dones del ministerio son el programa de Dios para  la madurez de los santos hasta que Cristo venga por los suyos. No debemos olvidar que la Meta del ministerio es: “La madurez del Cuerpo en el testimonio de la verdad”. En Efesios 4:13 se describe en tres frases claves donde debe haber madurez y son:

  • La “Unidad de la Fe”, 

  • El “Pleno conocimiento del Hijo de Dios” 

  • Y “El hombre completo… la medida de la mayor edad de la plenitud de Cristo”. Pasamos a brevemente desarrollarlos:

 

1   La unidad de la fe:

La fe es la doctrina apostólica que se nos ha comunicado, que hemos recibido y creído; por consiguiente no se añadirá ni se quitará nada, porque el proceso de  edificación no podría completarse debidamente. Pablo muestra la necesidad de enseñar todo el consejo de Dios y también advierte sobre la infiltración de doctrinas extrañas y erróneas (Hechos 20:14 , Jud. 3).

 

2     El pleno conocimiento del Hijo de Dios:

Por la fe, no solo se acepta mentalmente dogmas o credos para alcanzar la unidad; es algo más; implica conocer experimentalmente a una Persona: “Jesucristo” Por otra parte, no es solo conocimiento intelectual, sino pleno Conocimiento  (EPIGNOSIS), esto es “comunión para recibir y luego dar de Él”.

 

3   El hombre completo... la medida de la mayor edad de la plenitud de Cristo:

El conocer a Cristo implica un desarrollo vital, implica madurez o perfección que es la plena semejanza a Cristo.   Se Aplica la palabra ELIKIA que tiene connotación de edad como estatura, implicando la plenitud de la iglesia en las vastas perspectivas del plan de Dios. (1Cor. 2:6; 13:11; 14:20) Pablo habla del "HOMBRE COMPLETO", teniendo en mente la unidad de todo el Cuerpo y, no solamente la experiencia personal de cada miembro. Los muchos han de llegar a ser como en Efesios 2:15 “un solo y nuevo hombre”.

 

EL CRECIMIENTO HACIA LA MADUREZ DETERMINADA:

Efesios 4:15 b-16

“Crezcamos en todo en aquel que es la Cabeza esto es.  Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe, su crecimiento para ir edificándose en amor”.

 

Cristo es la Cabeza (Col.2:9-10), por consiguiente norma de toda perfección y madurez. El crecimiento es “en Él”, “Por El”,  “Para El”  Col.1:15-19:

“Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio  el  primogénito  de  entre  los  muertos,  para  que  en  todo  tenga  la preeminencia; por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud”.

El todo y cada parte de la vida de cada miembro “debe ser hallada solo en El”, Él debe ser su centro, objetivo y meta. De su sustancia poder y dirección se deriva un crecimiento coordinado y armónico de todo el cuerpo (Col 2:19).

Por lo tanto, se administra éste crecimiento por la función de la “coyuntura” y esta se cumple al concertar  y  unir  entre  sí,  o  sea,  cada  órgano  del  cuerpo  cuando  actúa  según  su  función específica dada por Dios, contribuye para la edificación de los otros miembros, aquí no hay pasividad ni el pensamiento de que Dios no me ha dado un ministerio, por ello es que no puedo servir en la iglesia esto es una mentira del diablo, o que mi ministerio es mejor que el del otro por ser muy ungido por lo tanto buscadito, esto es orgullo. Nunca debemos de separar el Don del fruto del Espíritu Santo, es indispensable para la función del oficio ministerial. Además  la frase “bien concertado y unido entre sí”, refleja interrelación entre los miembros. Sin embargo esta comunión se puede perder por causa de las carnalidades u otros hechos de los miembros del cuerpo, por la relevancia del tema tomare un espacio para explicar este tópico, y pondré el comentario de un médico sobre el cáncer para su mayor entendimiento:

“Un tumor se cataloga como benigno si su efecto se localiza con bastante exactitud y permanece dentro de los límites de las membranas. Pero la condición que más dolor causa en el cuerpo, ocurre cuando las células desleales desafían la inhibición. Se multiplican sin ningún control sobre el crecimiento, extendiéndose rápidamente por todo el cuerpo, ahogando a las células normales. Los glóbulos blancos, armados contra los invasores extranjeros, no atacarán a las propias células amotinadas del cuerpo. Los médicos no le temen a ningún otro funcionamiento defectuoso tanto como a éste: se llama cáncer. Debido a razones aún desconocidas, estas células y pueden ser células del cerebro, del hígado, del riñón, de los huesos, de la sangre, de la piel o de otros tejidos, crecen desenfrenadamente, fuera de control. Cada una de estas células es saludable u funciona, pero es desleal, puesto que ya no actúan teniendo en cuenta el resto del cuerpo. Inclusive los glóbulos blancos, los confiables guardias del palacio, pueden destruir al cuerpo mediante rebelión. A veces los leucocitos se reproducen temerariamente obstruyendo el torrente circulatorio, recargando el sistema linfático, estrangulando las funciones normales del cuerpo eso es leucemia”

 

Este ejemplo natural de la célula, y la mitosis, Osea su multiplicación continua de las célula, también nos ayuda a entender el proceso de las división espiritual llamada; “conflictos de relaciones tanto en el ministerio y como consecuencia en la iglesia”. Cuando la comunión se estropea por causa del pecado de la carne, acaba la diversión y el cuerpo duele ¡qué dañinas pueden ser esas ocasiones! Sin embargo, no son nuevas. La senda del crecimiento de la iglesia estaba sembrada de la basura del conflicto, el desacuerdo, la fricción, las luchas internas y la discordia, no olvidemos la parábola del trigo y la cizaña (Mt.13:24-30). Pensemos sencillamente en la comunidad cristiana del primer  siglo, mientras paseamos mentalmente por el libro de los hechos:

  • Hechos Cap. 5, Encontramos la hipocresía que da lugar a la disciplina de Dios. 

  • Hechos Cap. 6, El tratamiento injusto de las minorías y los necesitados.

  • Hechos  Cap.  9,  La  resistencia  en  cuanto  a  permitir  que  Pablo,  un  recién  convertido, predique.

  • Hechos Cap. 11, El legalismo levanta su fea cabeza.

  • Hechos Cap.15, El desacuerdo doctrinal tan grande, que se necesita un concilio oficial para resolver la cuestión. 

  • Y hacia el final del mismo capítulo; choque personal entre Pablo y Bernabé.

 

Creo que hay suficiente evidencias para probar que este poderoso ejército, la iglesia de Dios, nunca ha estado completamente libre de confrontaciones o de crisis en el desarrollo de su crecimiento, y esto ha servido para asirse de su cabeza y depender de ella. Cuidado con la falta de obediencia a estar asido de Él. Por otra parte el caso puede ser tan grave y explosivo como la época de la Inquisición cuando las autoridades eclesiásticas mataban a los cristianos pensando hacer un favor a Dios, o tan leve y corriente como el de un profesor de escuela dominical incapaz de controlar su clase de preadolescentes.

 

Preguntémonos ahora: 

  • ¿Qué es lo que está estropeando la comunión ministerial e iglesia?,

  • ¿En qué ocasiones se retira la gente resistiéndose a la comunión?; 

  • ¿Cuándo tenemos una tendencia especial a aislarnos y mantener las caretas bien puestas? 

 

Se puede descubrir en los siguientes hechos:

  • Sufrimiento extremo y enfermedad. Job. 1:20-21; 2:7-13; I Sam. Cáp. 15,16; Mt. 26:36-44.

  • Agotamiento y fatiga. 1Rey. 19:1-5.

  • Dificultades en el hogar o problemas personales. 2 Sam. Cáp. 11, 12, el Sal.32:3-5 y el Sal.51:1-17.

  • Fricción entre dos o más miembros. Prov. 18:19; Hch. 15:36-40.

  • Desobediencia intencionada contra Dios. Jos. 7:1-26; Gál. 6:1,2; Satg. 5:19,20

 

Termino esta sección diciendo, que el centro y la autoestima del Cuerpo no se “recibe” por estar establecido; en: Cónyuge, hijos Familia, Trabajo, Ministerio, Profesión, posesiones, Dinero, Un amigo o amigos, Placer, Iglesia, en Sí Mismo, en Enemigos, en el Diablo o sus demonios;:  Entonces, ¿Cuál será mi centro de donde venga mi autoestima o valorización? Esto es de la Cabeza, Jesucristo, siendo el AMOR el ambiente y lubricante necesario para que todo se cumpla. EL AMOR ÁGAPE: “es el amor que ama debido a su propia naturaleza inherente, no debido a la excelencia o valor de su objeto. Es la cualidad del amor que se origina, fluye y caracteriza a Dios mismo”.

 

VARIEDAD O DIVERSIDAD:

Una de las cosas más fascinantes sobre los dones del ministerio de Cristo es su variedad o diversidad (1Co.12:4-31); como hemos dicho anterior mente, denota el ajuste y preparación completa que significa un proceso que conduce a la consumación; es decir, llenar o completar lo que todavía está incompleto. Por  lo  tanto  estimulan,  despiertan  y  desarrollan  a  los  demás  para  que  ministren  más eficazmente y todo con el fin general de edificar el conjunto. Pablo habla del "hombre completo", teniendo en mente la unidad de todo el Cuerpo, es decir la “Unidad del Espíritu Santo Efesios 4:3” y no solamente la experiencia personal de cada miembro. Los muchos han de llegar a ser como en Efesios 2:15 “un solo y nuevo hombre”. Nuestro Señor nos ha dado de sus dones Ministeriales, hablare brevemente de cada uno de ellos, y estos son:

 

APÓSTOLES: El ministerio de apóstol requiere abarcar todos los tipos de ministerio, este provee autoridad bíblica, expresando los propósitos y planes eternos de Dios para la Iglesia. El apóstol levanta y establece nuevas obras y da dirección a las obras existentes, confirmada por señales sobrenaturales, prodigios y milagros.

 

PROFETAS: El ministerio de los profetas es inspiracional. Él es portavoz por inspiración directa y divina, y por revelación. Este prepara el camino del Señor, prepara el terreno en la semejanza de un perforador abriendo el terreno duro para poner el fundamento o los cimientos.

 

EVANGELISTAS: El evangelista está dotado directamente por el Señor para PREDICAR la Palabra y guiar al nuevo nacimiento; provee autoridad de proclamación en la iglesia con entusiasmo creativo y poder.

 

PASTORES: Los pastores cuidan del rebaño de Dios. Este provee autoridad de relación y comunión  mediante  la  palabra,  oración,  y  testimonio,  alimenta  a  las  ovejas  (enseñar, exhortar y alentar) de sanos principios bíblicos de fe, esperanza y amor en una atmósfera de atención, sanidad y restauración, mediante el estudio personal y la aplicación de la Palabra de Dios facilitada por medio de instrucción ungida.

 

MAESTROS: Aquellos que ocupan el cargo de enseñar la Palabra, no por habilidad natural, pero si, por medio de la habilidad divina del Espíritu Santo. Este tiene autoridad teológica, para establecer un patrón lógico de construcción o sea de lo espiritual a lo natural; anima a la iglesia a buscar establecerse en la verdad absoluta y no en los hechos relativos.

 

EQUILIBRIO:

SIGNIFICA: El estado del cuerpo, cuando encontradas fuerzas que obran dentro de él, se compensan distribuyéndose equitativamente, y esto da estabilidad, firmeza, seguridad, igualdad, armonía, ecuanimidad, (Contrapeso), (Contrarresta). Al no  darse el equilibrio traerá: inestabilidad, inseguridad, desigualdad. Sabemos que la Iglesia universal es el cuerpo de Cristo y este debe funcionar en equilibrio:

“Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen  la  misma  función, así  nosotros,  siendo  muchos,  somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros”. “Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.... Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular”. Ro.12:4-5; 1Co.12:12,27 “Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo....” 1Co.12:24-25.

Debo recalcar “que la comunión que trae equilibrio en los ministerios no está basada y sustentada en la doctrina o filosofía, si no, en la vida de amor recibida de Cristo Jesús el Señor. Esto quiere decir, que el amor por la familia de Dios o el cuerpo, excederá a la devoción que se tenga a las opiniones personales de uno en cuanto a lo esencial para la salvación y consagración”. Ojo, yo no estoy obligado a abandonar mis convicciones correctas personales, para amar a un hermano o apartarme de él porque piensa diferente a mí, él está en el mismo círculo familiar que yo, porque ama y sirve al mismo Padre. Dios está más interesado en el amor entre los ministerios del cuerpo que en la inerrancia de las opiniones de cada uno, en 1Co.13:9-10;

 

8:2: Lea paralelamente Efe.3.16-21

“Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabara.

 

Mientras tanto ¿Cuál será mi actitud?

“Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo”

Por lo tanto estos dones del ministerio han sido dados a la Iglesia para que haya equilibrio en ella. Hay que notar lo bien que estaban equilibrados los dones del ministerio en el gran centro misionero de la Iglesia Primitiva en Antioquía (Hechos 13:1). El asunto del equilibrio, es de importancia vital para obtener resultados. Le recuerdo lo dicho anteriormente, “Es el estado del cuerpo, cuando encontradas fuerzas que obran dentro de él se compensan distribuyéndose equitativamente, y esto da estabilidad, firmeza, seguridad, igualdad, armonía, ecuanimidad, (Contrapeso), (Contrarresta)”.

 

Algunas iglesias, grupos de oración y otros, no conocen más que el ministerio de una sola persona, de quien esperan que cumpla con toda responsabilidad, a este síndrome se le llama “el Hombre Orquesta” dentro de ella no hay una fuerza balanceada que de estabilidad, firmeza, igualdad y armonía, por lo tanto no podrá contrarrestar en el momento de la prueba o tentación, por su preparación insuficiente, por la falta del equilibrio, y plenitud ministerial. En el otro extremo, hay aquellos que dan tanto valor e importancia a estos dones de poder, que consideran que los ministros deben estar continuamente rodeados de las manifestaciones de todos los dones espirituales. Y si no hay el poder esperado ya no existe sujeción al ministerio. Aquí se puede decir que la iglesia a sobre valorado la experiencia del poder y ha minimizado el conocimiento y sabiduría del ministerio, por lo tanto se está dando un desequilibrio. Cuidado en que algún ministerio o iglesia caiga en la trampa de las fortalezas ideológicas, que se van formando por las predilecciones de lo fuerte y lo débil del ser humano, al respecto de los hechos del Espíritu a través de los ministerios. Esta forma de pensar que cree que son absolutas y, que le impide ver o recibir algo que no concuerde con las ideas preconcebidas, se llama “PREDISPOSICIÓN”, y esta palabra Significa: “Predeliverar o predeterminar”. Según el Diccionario ilustrado de la lengua española, significa: “El acto de disponer anticipadamente, preparar para un fin, ya una cosa, ya el ánimo de una persona”. Por lo tanto, una predisposición mental es una idea predeterminada de cómo algo es o debe ser. Esto se da por la fuerza de los hábitos inconscientes, o sea, el hecho de que uno tiene tan bien aprendido su propio modo de vida o la experiencia obtenida, que lo practica la mayor parte del tiempo sin una reflexión consciente. Debido a esto nos formamos una opinión o idea que nos impide oír lo que Dios trata de decirnos, esto es un obstáculo y causa un bloqueo mental para la identificación con cualquier revelación del Espíritu y la Palabra que venga por medio del: Apóstol, Profeta, Evangelista, Pastor o Maestro. Entonces, estas fortalezas cierran el entendimiento del creyente como el ministerio y son la causa de divisiones en la iglesia. En 2Co. 10:3-5, Pablo nos indica que parte de las fortalezas que tenemos que destruir en nuestras vidas son: Argumentos (filosofías), y todo lo que se levanta contra el CONOCIMIENTO (REVELACIÓN) de Dios, llevando cautivo o atando TODO PENSAMIENTO (PREDISPOSICIÓN MENTAL)  a la OBEDIENCIA A CRISTO. Y que significa La OBEDIENCIA: que es en griego “hupakoe” Significa: “Escuchar atentamente, oír con sumisión condescendiente, asentimiento y acuerdo”. En conclusión, nuestra predisposición mental cortará la posibilidad de escuchar a Dios atentamente para llegar al equilibrio. Necesitamos apreciar la variedad de los dones del ministerio de Cristo que puso en la iglesia, y  también  darnos  cuenta  de  que  todos  los  ministerios  son  esenciales  para  una  obra equilibrada y de crecimiento Cuantitativo y Cualitativo. 

Actitudes equivocadas de los ministerios:

  • Con frecuencia se oye a los maestros hablando desdeñosamente de los evangelistas, llamándoles superficiales y sensacionalistas.

  • Los  evangelistas  algunas  veces  censuran  a  los  maestros  acusándoles  de  ser  fríos  y verbosos.

  • Los evangelistas y maestros con frecuencia se unen a decir que los profetas son fanáticos y extremistas.

 

“Todas estas palabras y actitudes anteriores son malas, y dividen al cuerpo ministerial” ¿Qué requerimos hacer?

  • Puede haber extremos en el uso de todo don del ministerio, por causa de la inmadurez del mismo, pero no debemos juzgar y apartarlo o reprenderlo, si no, corregirlo para que sea perfeccionado, porque podemos apagar el fuego del Espíritu Santo que está en él y en nosotros.

  • Requerimos, crear un ambiente apropiado para la comunión entre ministerios, sin olvidar que no solo tengo que tener comunión, si no también, debo de edificarme o desarrollar mutuamente.

  • Debemos recordar que somos ladrillos ministeriales, formados por otros ladrillos ministeriales. Creo que lo sucedido a Pedro nos puede ayudar para entender como nosotros mismos podemos crearnos adversidades. “Jesús rogó por Pedro para que su fe no falte (Lc.22:31-34) pero dejó que Pedro cayera; también lo dejó huir en la noche sin volver a recordarle que debía estar firme. Lo dejó ponerse en ridículo cuando negó tres veces su relación con Cristo, con negaciones contundentes e irreverentes. Entonces lo dejó llorar amargamente para finalmente restaurarlo. De   todo  esto  hacemos  la   conclusión  que,   Jesús   pensaba   que   la   experiencia  de quebrantamiento  por  causa  de  su  pecado  o  ignorancia era  absolutamente  necesaria  para  la formación de Pedro como apóstol. Esta palabra de Lucas 22:32 dice:

“... y tú, una vez vuelto confirma a tus hermanos”

 

Pedro dice en 1Pedro. 5:10,11:

“Más el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, DESPUÉS QUE HAYÁIS PADECIDO UN POCO DE TIEMPO, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca. A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén”.

 

No veo la necesidad de que los ministerios estemos aguijoneándonos  cuando la adversidad vendrá por medios que menos pensamos. Por consiguiente es interesante la postura que Pedro toma al respecto de la adversidad; él se da cuenta de que sus lectores se encuentran atrincherados y reaccionan en forma fuerte o débil como a él le ocurrió.

 

No es un asunto de si sufrirán o no; si no de cuánto más podrán resistir, así mismo como él resistió. Pedro se niega a concentrar su atención en la prueba o la aflicción de ellos o sea este es el medio pero no el fin en sí mismo; y que inmediatamente salte a los beneficios: “Mas.... Dios... después que hayáis padecido... “  ¡Qué magnífica perspectiva! Se negó y niega a anclarse en el dolor que todo ello implica; y dirige su atención y la nuestra hacia los resultados finales. El Ministerio que sabe que su esperanza está en Cristo, se asegura el cinturón cuando el camino se hace difícil. En vez de acobardarse, aguanta. Comprende que esa prueba temporal producirá beneficios permanentes como estos:

  • Perfeccionará: Este término lleva consigo  la idea de reparar partes débiles o rotas de su naturaleza o esencia, como el servicio o la forma de proceder.

  • Afirmará: Hará firme, sólido como el granito, resistente como la fibra, fuerte como el acero templado. Esto le hace entender que la sabiduría y el poder del ministerio no se suplen por la fama, ni prestigio, ni el dinero obtenido, si no por estar afirmado en la roca Cristo el Señor.

  • Fortalecerá: Quitará  la  carne  sobrante;  sustituirá  la  fragilidad  de  lo  fuerte  o débil  de  su naturaleza, asiéndole anhelar y desear como obedecer, por la estabilidad de la Naturaleza de su Señor.

  • Establecerá: Aquí la idea es la de echar cimiento; la aflicción vuelve a traernos a la base de la roca de nuestra fe.

 

El plan divino es que cada ministerio que Dios ha puesto en la Iglesia corrija y complemente, al otro, supliendo a si la necesidad de equilibrio y vigilancia.

  • El profeta, es para inspirar al maestro.

  • El maestro, es para estabilizar al profeta.

  • El evangelista, continuamente recordará de las almas perdidas del mundo y de la necesidad de predicar el Evangelio tanto a la iglesia como al Pastor.

  • El pastor, es para recordarnos tanto al evangelista, como maestro que las almas necesitan mucho cuidado después de haber sido ganadas.

  • Y el apóstol, sobre   todo, es para inspirar y guiar a nuevas conquistas para Cristo y la Iglesia, y recordará a los demás ministerios que no podemos quedarnos sin extender las estacas para conquistar el mundo para Cristo.

 

Lo fundamental de todo ministerio es la unión, no la división Efesios 4:13 dice:

“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe” y no, “Hasta que todos nos dividamos en grupos separados”

Un poco de historia: La falta de Unidad en los Ministerios e iglesia de Cristo, es el escándalo de las edades. El mayor pecado de la iglesia no es el mentir, robar, las borracheras ni el adulterio o el asesinato, sino el pecado de la falta de unidad. Debido a que la desunión en el cuerpo prevalece más que estos otros pecados y que como tal ata verdaderamente las manos del Espíritu Santo, ella hace que se pierdan más almas que estas ofensas que son tan escandalosas. Donde los Santos están divididos, el Espíritu Santo no puede trabajar efectivamente en el convencimiento y conversión de pecadores. Debo recalcar lo dicho anteriormente, que la comunión que trae equilibrio y unidad en los ministerios no está basada y sustentada en la doctrina o filosofía, si no, en la vida de amor recibida de Cristo Jesús el Señor. Esto quiere decir, que el amor por la familia de Dios o el cuerpo, excederá a la devoción que se tenga a las opiniones personales de uno en cuanto a lo esencial para la salvación y consagración. Ojo, yo no estoy obligado a abandonar mis convicciones correctas personales para amar a un hermano o apartarme de él, porque piensa diferente a mí, el está en el mismo círculo familiar que yo, porque ama y sirve al mismo Padre. Dios está más interesado en el amor entre los ministerios del cuerpo que en la inerrancia de las opiniones de cada uno, en 1Co.13:9-10; 8:2: Lea paralelamente Efe.3.16-21

 

“Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabara”.

 

Mientras tanto ¿Cuál será mi actitud?

“Y si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo”

Por alguna razón, los santos” que aborrecen sinceramente pecados como mentir, robar, y adulterar, son aquellos que más alzan la voz en sus pedidos de que se viva sin pecado, son con frecuencia los más culpables de desobedecer en forma crasa el positivo mandato de Cristo y la inspirada advertencia de Pablo. Según Jesús y Pablo, el sentarse a juzgarse unos a otros, en cuanto a asuntos no esenciales, es pecado. Aquellos ministerios o grupos que más insisten en la necesidad de vivir por sobre el pecado, son frecuentemente los mayores y más fulgurantes transgresores en esta área de Unidad. Aquellos ministerios o congregaciones como denominaciones que predican el más alto estándar o las más altas reglas establecidas de santidad, parecen ser las más fragmentadas.

 

Además, es probable que una persona puede ocupar más de un puesto en el ministerio; nosotros las separamos para definirla. Pablo dice en 2 Timoteo.1:11:

“Del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles”.

Pablo desarrollo varios ministerios en el transcurso de su vida de peregrinación, y la iglesia como sus colaboradores lo respetaban y aceptaban. Dios llama al ministerio y lo único que hacen los Ministerios e Iglesia, es de reconocer, confirmar, aceptar, evaluar, orar, y apoyar económica mente, si fuera posible.

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