
vISITANTE N°
La verdad hace libre
MAESTRO
El don ministerial de Maestro incluye mucho más, que las exposiciones y explicación de las escrituras en una clase bíblica. Este ministerio funciona como lo hacen los otros dones ministeriales, bajo la directa guía y revelación del Señor. Esta es la manera como Jesús enseñó: Mateo 7:28-29 observamos:
"Y cuando terminó Jesús éstas palabras, la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas”.
En Juan 6:45, Jesús dijo:
“Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él viene a mí”.
Isaías 54:13 dice:
"Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos”.
Jesús también dijo que el Espíritu Santo vendría a guiarnos a toda verdad en Juan 16:12-15:
“Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando el Espíritu de verdad venga, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará de su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere y os hará saber todas las cosas que habrán de venir. El me glorificará, porque tomará de lo mío y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío y os lo hará saber”.
Dios nos enseña directamente por el Espíritu Santo, pero él también nos enseña a través del don de Maestro. Cuando Dios da el don ministerial de maestro, nos movemos rápidamente hacia la fe, que fue únicamente desarrollada a los santos. ¿No es ésta la razón porque Satanás trae falsos maestros así como falsos profetas a lo largo de estos últimos días? Lea I Tim.4:1. Los maestros y la enseñanza tienen una función muy bien definida e importante en el Nuevo Testamento, en 1Cor. 12:28-29 dice:
“Y a unos puso Dios en la Iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, LO TERCERO MAESTROS, luego los que hacen milagros después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas. ¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿TODOS MAESTROS?
MINISTERIOS UNIDOS:
Uno puede obrar como pastor y maestro, como profeta y maestro, como evangelista y maestro, y así sucesivamente. En Hechos 13:1 se menciona los nombres de cinco hombres que eran profetas o maestros, o profetas y maestros a la vez.
“Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, PROFETAS Y MAESTROS: Bernabé, Simón el que se llama Niger, Lucio de Cirene y Manaén ... y Saulo”.
Este Vs. Comparado con otros textos, nos muestra de manera clara que:
-
Bernabé era un maestro (Hechos 11:22-26).
-
Pablo era un profeta y maestro.
-
Los dos llegaron a ser Apóstoles
Pablo en Efesios 4:11 como que da a entender que el ministerio de Pastor y Maestro están unidos:
“Y El mismo constituyó a unos apóstoles; a otros profetas; a otros evangelistas a otros pastores y maestros”.
Si alguien es pastor y maestro (y con frecuencia éste es el caso), posiblemente tendrá un ministerio en un lugar determinado, a pesar de que, de tiempo en tiempo, enseñe en otras iglesias.
EL DON DE LA ENSEÑANZA ES UN DON DIVINO:
Son pues hombres y mujeres que son llamados por Dios, puestos por el Espíritu de Dios para sostener ese cargo y enseñar. Ahora, no nos estamos refiriendo a los maestros de escuela dominical ya que la Iglesia Primitiva no tenía escuela dominical. Naturalmente una persona que conozca la Biblia, puede enseñar todo lo que sepa de ella. Todos los cristianos podemos y debemos compartir los unos con los otros lo que sabemos enseñándonos y ayudándonos. Pero éste no es el don de enseñanza al que Dios se refiere. El maestro no se hace maestro meramente debido a una virtud de capacidad natural que tenga o una inclinación hacia la enseñanza:
-
La habilidad e inclinación a la enseñanza pueden ayudar a éste don, pero el don ministerial de maestro no se trata de algo natural. Hay personas que antes de ser salvas han sido maestros de escuelas, luego enseñaron en clases bíblicas en la iglesia. Esto no está mal, pero esto no es los que Dios habla del don del ministerio de enseñar.
Todo ministerio de enseñar será como ríos de agua viva, nunca será seco ni muerto con el poder del Espíritu Santo: Pablo compara el ministerio de enseñar con el hombre que planta fundamento y riega: ICor 3:6-11:
“Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, NI EL QUE RIEGA, sino; Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el QUE RIEGA son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y VOSOTROS SOIS LABRANZA DE DIOS, EDIFICIO DE DIOS. Conforme a la GRACIA de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto PUSE EL FUNDAMENTO y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica. Porque nadie puede poner otro FUNDAMENTO QUE EL QUE ESTÁ PUESTO, EL CUAL ES JESUCRISTO”.
Cuando Pablo habla de plantar fundamento y esto en Griego es “Themelios” que significa “Subestructura, algo colocado abajo para que algo pueda ser levantado” (Isa.28:16) y el regadío, se está refiriendo a la función de la enseñanza de la Palabra de Dios del Maestro, este debe animar a la iglesia y buscar las verdades internas de la verdad y, las implicaciones externas de la práctica, y esto debe hacerse a través del don espiritual dice en I Cor.2:13-16:
“Lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, (Trabajo del maestro) acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios porque para él son locura, y no las puede entender, (Maestros sin revelación Jn.3:6) porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”
En lo que hemos leído, el maestro en su responsabilidad de plantar fundamento y regar debe hacerlo en la esfera de lo espiritual, debe ayudar a acomodar lo espiritual a lo espiritual; debe tener el discernimiento agudizado, por causa de que está estableciendo, o regando la mente de Cristo en la Iglesia. Llenándose de esa sabiduría que habla Pablo en ICor.2:6 -8 compare Isa.28:10-11:
“Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestino antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de Gloria”.
Salta aquí una pregunta ¿este trabajo del maestro tendrá oposición? La respuesta es “Si”, se da en contra posición con la carne; dice Pablo en Cp.3:1 Lea paralelamente Rom.8:1, 5, 6, 7 12, 13, 13:14:
“De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?”. Compare con Isa: 28:9-11. Heb.5:13,14.
Por consiguiente, el maestro planta el fundamento y riega, en un contexto de lucha interna del creyente y, por ello su demora de este a decidirse a obedecer lo enseñado para su crecimiento. En Gálatas 5:17-18 nos habla de esa lucha:
“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu no estáis bajo la ley”
Por otra parte cuando dice “Pero si sois guiados por el Espíritu no estáis bajo la ley” está dando a entender que la ley juzga y condena, mientras que el Espíritu da libertad y gracia sin condenación alguna. Además cuando el maestro enseña y actúa completamente en la mente de Cristo, el resultado es que deja a las almas satisfechas y avivadas. Es más un Maestro cumple la función de un agricultor: Planta, Cultiva y Cosecha: esto es, lo mismo que cuando se planta una semilla, luego se le cultiva o riega, ésta sedienta se aviva y refresca. Ahora, si la palabra no aviva a las personas, o crea una reacción; simplemente es porque no se enseña con el poder del Espíritu dice Pablo en I Cor.2:4,5:
“y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría; sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”.
ACTITUD DEL MAESTRO:
-
La incredulidad y la dureza de corazón pueden causar divisiones, incluso cuando la enseñanza se hace bajo el poder del Espíritu Santo. Esto ocurrió con Jesús "desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con El" Juan 6:66
-
El verdadero maestro debería apartarse de causar divisiones, incluso contiendas. No obstante, no podemos negar los principios fundamentales de la doctrina de Cristo. Hebreos 3:1-2 dice sobre lo que tiene que enseñar, el:
• Arrepentimiento de obras muertas
• Fe en Dios.
• La doctrina de los bautismos.
• La imposición de manos.
• La resurrección de los muertos.
• El juicio eterno
• Otras cosas no son fundamentales y no se debe crear división. Pues el trabajo de un maestro es Plantar el fundamento y regarlo o edificarlo y no poner dinamitazos sin sabiduría trayendo destrucción.
-
Los maestros siempre deben estar listos para mirar la verdad desde nuevos puntos de vista:
a. La revelación señala el ministerio de un maestro.
b. No escuchemos a un maestro que no esté dispuesto a aprender.
c. Mantener humildad de espíritu y humildad de mente.
d. No ser uno de ésos que "lo saben todo"