
vISITANTE N°
La verdad hace libre
TEOLOGIA
CRISTIANO Y LA PSICOLOGIA
Hay muchos temas que la Palabra de Dios nos presenta que están más allá de la comprensión humana. La mente del hombre puede solamente llegar hasta cierto punto, y luego nos damos cuenta de que estamos en el ámbito de lo infinito. Generalmente, esas cuestiones se componen de dos verdades que deben mantenerse en equilibrio, y que sin embargo la mente humana no puede conciliarlas de una manera plena. Creo que la dignidad humana en la creación y la depravación humana como resultado de la caída son dos de esas verdades.
El hombre natural intenta reducir esas verdades a un nivel que podamos comprender, y con ello siempre cae en un error de un lado o del otro. Es triste tener que admitir que caen en ello incluso verdaderos creyentes, al tratar de imponer una estructura de factura humana sobre una verdad que Dios nos ha dado en Su Palabra. La respuesta correcta que debemos dar es adorar con humildad a Aquel que ha querido revelarnos tales cosas, dándonos cuenta de que nuestras mentes finitas no pueden abarcar lo infinito en su totalidad. Podemos apreciar esas verdades, y equilibrarlas en nuestras vidas, pero sólo en tanto que caminemos en comunión con Aquel que nos las ha querido revelar.
Pues bien, con lo dicho sobre la autoestima, me pregunto; ¿porque esta, tan en boga actualmente este tema, el cual sea infiltrado en la Iglesia? Para responder en parte esta pregunta diría que:
LA MENTALIDAD NO ES LO MISMO QUE COSMOVISION O VISIÓN DEL MUNDO.
La mentalidad imperante en nuestro tiempo, es decir, el sistema de ideas del cual nos valemos para comprender el mundo. La mentalidad siempre incluye lo moral, puesto que nuestra idea acerca de cómo debemos vivir es una de las principales herramientas que usamos para comprender el mundo. Pero la mentalidad tiene un alcance más amplio; incluye nuestras ideas sobre lo que existe, lo que podemos conocer, y lo que consideramos evidencia válida de nuestras creencias, determina el valor de nuestra vida y nuestro trabajo, y por sobre todas las cosas, determina nuestras estructuras de plausibilidad: “Cuándo consideramos algo razonable o irracional, verosímil o inverosímil, admisible o inadmisible”.
Entonces Mentalidad no es lo mismo que Cosmovisión o Visión del Mundo, conviene diferenciarlas:
LA MENTALIDAD: Característica de una época tiene carácter colectivo y remite a un grupo, población o cultura.
En cambio una: COSMOVISIÓN pertenece, en principio, a un individuo, aunque puede ser compartida por otros y, en ese caso, adquirir dimensión colectiva. Así, por ejemplo, se habla de " la Cosmovisión Cristiana". El conjunto de creencias que nosotros tenemos sobre cómo es el mundo, conforme a nuestra cosmovisión, sin que exista diferencia entre aquellas que son convicciones profundas y otras mucho menos significativas.
La mentalidad, por el contrario, pone el énfasis en las estructuras cognitivas y morales profundamente arraigadas mediante las cuales le encontramos sentido a la vida. Por consiguiente, la mentalidad de nuestra época suele ejercer una influencia mucho más poderosa que una cosmovisión. Por ejemplo, los cristianos nacidos de nuevo creen en la sacralidad del matrimonio como parte de su cosmovisión; sin embargo, el divorcio tiene igual prevalencia entre ellos que en el resto de la sociedad y, tampoco lo consideran un estigma. La prevalencia y aceptación generalizada del divorcio en nuestra cultura, incluso entre los cristianos nacidos de nuevo, dice más de la mentalidad de nuestro tiempo que de nuestra cosmovisión.
Así también podemos decir de la constante repetición por todos los medios de la “Mentalidad “baya donde él especialista, sea psicólogo, médico etc”, otra vez repetimos la mentalidad de nuestro tiempo que de nuestra cosmovisión, y con lo dicho, no estoy sugiriendo que cuando se es necesario, no se requiera ir donde el especialista, se tiene que ir y consultar.
Sobre lo dicho es interesante lo que dice el Pastor Steve J. Cole: “He descubierto que, espiritualmente hablando, es fácil pensar que te hallas en el curso correcto cuando en realidad vas a la deriva. Por años, en mi trabajo pastoral, pensaba que le estaba dando a mi gente principios bíblicos sólidos por los cuales vivir. Me había graduado de un seminario cuyo lema, estampado en el original griego en la fachada de la capilla, decía, ¡Predica la Palabra! (2 Tim. 4:2). Había sido entrenado sobre cómo realizar una exégesis de la Escritura, como preparar y presentar sólidos sermones bíblicos, y como aconsejar a la gente a partir de la Biblia.
Igual que la mayoría de mis compañeros pastores evangélicos, mi predicación era sazonada frecuentemente con los descubrimientos más recientes de la psicología. Por supuesto, nunca usaba perspectivas psicológicas a menos que estuvieran a tono con la Escritura. Pero, al mismo tiempo, se me había enseñado en el seminario, ¡Toda verdad es la verdad de Dios! Si un psicólogo se topa con algún principio bíblico, ¿por qué no usarlo? ¿Acaso la Biblia no enseña el apropiado amor a uno mismo, en tanto que no se caiga en el orgullo (¡ama a tu prójimo como a ti mismo! Mateo 22:39)? ¿No es el amor de Dios por mí la base para la auto-estima apropiada? ¿No se supone que los padres han de edificar la auto-estima de sus hijos?
De modo que predicaba sermones como "Sintiéndonos Bien con Respecto a Nosotros Mismos" y "Desarrollando un Sentido de Valía Propia", basándome en la Escritura (yo así lo pensaba), repletos de observaciones, citas e historias tomadas de destacados psicólogos Cristianos, cuyos libros y artículos leía. Asistía a conferencias en las que estos hombres proveían entrenamiento en varios aspectos del ministerio, la consejería y la comunicación pastoral. Usaba cintas de vídeo producidas por psicólogos Cristianos para ayudar a entrenar a la gente en cuestiones como la crianza de los niños y las relaciones maritales. Llevé conmigo a gente de la iglesia a un seminario para matrimonios dirigido por dos populares psicólogos Cristianos. A principios de los 80s, traté de publicar un libro sobre el cristiano y las emociones. En ese momento pensaba que el libro era sólidamente bíblico. Ahora estoy agradecido que nunca encontré quién lo publicara.
Pero luego, después de casi 13 años en el pastorado, Dios - por Su misericordia - me impactó tremendamente (como si se tratase de un golpe literal en la cabeza) para mostrarme dónde me había extraviado del curso original. En aquel momento no me inquietaba mi perspectiva de la vida Cristiana. Hubiera argumentado que era un tipo sólidamente bíblico, que solamente usaba la psicología para ilustrar o complementar los principios escriturales, y que me estaba comunicando en términos con los cuales mi congregación pudiera identificarse. Dios, de manera soberana, reunió varios factores para confrontarme con la necesidad de un cambio. Uno de los más poderosos fue que, por primera vez, leí de manera completa y atenta la obra de Juan Calvino, la Institución de la Religión Cristiana.
El contraste entre Calvino, por un lado, y el libro de psicología Cristiana, por el otro, era como el día y la noche. Dios trazó una línea en el piso y dijo con claridad, "¿De qué lado estás tú?" No podía evadir la línea. Me tuve que arrepentir de la versión psicologizada de la fe en la que me había extraviado y volverme al Cristianismo centrado en Dios, fundamentado en la total suficiencia de Cristo y las Escrituras. Eso fue en 1991, y desde entonces he llegado a estar más seguro de lo malo que resulta de mezclar el Cristianismo con la psicología. Igual que en el Israel de la antigüedad, los hombres "Temían a Jehová, y honraban a sus dioses, según la costumbre de las naciones de donde habían sido trasladados" (2 Reyes 17:33), así que creo que muchos Cristianos estadounidenses han caído en una mezcla sincrética de Cristianismo y psicología mundana. ¡Pero los dos no se mezclan!. Aquí salta una pregunta:
¿QUÉ CONFLICTOS DOCTRINALES ESTABAN EN DISCREPANCIA?
Siendo selectivo, se presentara cinco áreas donde creo que la así llamada "psicología Cristiana" se halla en conflicto con la verdad bíblica.
1: EL MOVIMIENTO DE LA PSICOLOGÍA CRISTIANA SE EDIFICA SOBRE UNA PERSPECTIVA INADECUADA DE LA SALVACIÓN.
El libro "Cuando Tu Mundo No Tiene Sentido", de Henry Cloud [Oliver- Nelson, 1990]. Se dice que ayudaría a entender a las personas heridas y lastimadas. Pero es preocupante sobremanera, donde Cloud afirma que para estas personas heridas, las "respuestas Cristianas normales" (tratar con el pecado, la fe, la obediencia, el tiempo en la Palabra y en la oración, etc.) "no funcionaban”. El compara tales cosas con el consejo dado por los amigos de Job, llamándolo "medicina sin valor". Luego propone su solución, la cual es esencialmente una versión bautizada de la “psicología del desarrollo”. Entonces, el poder transformador del evangelio, que ha sustentado a los santos durante y a través de todas las pruebas concebibles, no era suficiente para tratar con los problemas emocionales de estos cristianos de finales del siglo 21. El enfoque psicologizado: El desarrollo, al Cristianismo, se edificaba sobre la teología inadecuada, que equipara la conversión con tomar la decisión de invitar a Cristo a su corazón. Pero las dos cosas no son necesariamente sinónimas. Bíblicamente hablando, la conversión es el acto sobrenatural de Dios por el cual él le imparte vida espiritual a una persona que está muerta en sus delitos y pecados (Efe. 2:1-5). No es algo que el hombre pueda efectuar en lo absoluto (Juan 1:12-13).
2: LA PSICOLOGÍA CRISTIANA ENFOCA A LAS PERSONAS EN SÍ MISMAS, NO EN DIOS Y SU GLORIA.
Uno de los errores más dominantes que ha invadido la iglesia en los pasados 25 años es que la Biblia enseña que necesitamos amarnos a nosotros mismos y crecer en auto-estima. Fui influenciado a adoptar esta visión en parte por la lectura del libro de James Dobson, Ocultarse o Buscar [1974], cuyo subtítulo es "La Auto-Estima en el Niño" El afirma que existe una epidemia de baja auto-estima en nuestra sociedad y que esta es responsable de muchas de nuestras enfermedades sociales. Su ilustración de apertura está relacionada con Lee Harvey Oswald, y como este pobre hombre fue menospreciado constantemente. La única cosa que pudo hacer bien fue disparar un rifle, así que finalmente se vio empujado a hacer algo en lo que pudo sentirse bien con respecto a sí mismo: le disparó al Presidente Kennedy. El mensaje claro es que si de alguna manera este hombre se hubiese sentido mejor con respecto a sí mismo, quizá no hubiera cometido esta acción tan terrible. Dobson también escribió "Lo que las Esposas Desean que Sus Maridos Sepan Acerca de las Mujeres" [Tyndale, 1975], en el que afirma que la baja auto-estima es el problema número uno que acosa a las mujeres Cristianas en los Estados Unidos (p. 22)
3: LA PSICOLOGÍA CRISTIANA NIEGA LA SUFICIENCIA DE JESUCRISTO Y EL PODER DEL ESPÍRITU SANTO.
Henry Cloud, en el libro antes mencionado, declara de manera rotunda, intenté con las respuestas Cristianas "normales" conmigo mismo y con otros, y llegué a las mismas conclusiones a las que Job llegó: son "medicina inútil" (p. 17). Estas respuestas normales son decirle a la gente que están en pecado, que no tienen suficiente fe, que no pasan suficiente tiempo en la Palabra o en momentos de quietud, o que son - de una manera u otra - responsables de su dolor (p. 16). En otras palabras Henry quiere decir que, Jesucristo y el Espíritu Santo no son suficientes. Necesitas las perspectivas y descubrimientos de la psicología para lidiar con tus batallas emocionales. Pero la Biblia dice con claridad que el Señor Jesucristo, el Señor viviente, es todo para el creyente:
"Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en Él" (Col. 2:9, 10).
Además, Él no nos ha dejado solos, sino que nos ha dado libremente Su Espíritu Santo para que habite en nosotros y nos llene de poder. Si caminamos por el Espíritu, no satisfaremos los deseos de la carne y Su fruto - amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio - será la característica de nuestras vidas (Gal. 5:16, 22, 23). Sostengo que estas cualidades describen a una persona psicológicamente madura e íntegra. Siendo lo que son - un fruto - se requiere tiempo para que estas cualidades se desarrollen. No se alcanzan sin esfuerzo y lucha. Pero la Biblia no dice que estas cualidades estén disponibles para cualquiera que provenga de lo que llamamos un trasfondo normal, ¡pero que aquellos que provienen de hogares disfuncionales tendrán que esperar que la psicoterapia haga su aparición para lograr alcanzarlas! Ella promete este fruto a todo creyente que camine dependiendo del Espíritu Santo. No estoy sugiriendo que, para el creyente, la vida sea tranquila y fácil, en la que nunca somos rechazados, o que nunca batallamos con sentimientos como la desesperación, la depresión, la ansiedad o el temor. La Biblia nos muestra a hombres y mujeres piadosos quienes lidiaron con emociones abrumadoras mientras pasaban por pruebas terribles. Pablo mismo dijo que se hallaba cargado de manera tan excesiva que perdió la esperanza incluso de vivir:
¿Pero se fue a visitar a su terapeuta para aprender como sentirse mejor consigo mismo? No, él dice que el punto de su tremenda prueba fue para que "no estuviésemos confiados en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos" (2 Cor. 1:8, 9). Afirmo que uno de los principales propósitos de las pruebas es enseñarnos esa misma lección, a no confiar en nosotros, sino a confiar aún más plenamente en la total suficiencia de nuestro Señor Jesucristo.
A veces las pruebas también nos enseñan que nos necesitamos los unos a los otros en el cuerpo, a llevar las cargas unos de otros. Así que, cuando hablo de la total suficiencia de Cristo, no estoy excluyendo la necesidad de que nuestros compañeros creyentes nos escuchen, protejan y aconsejen. Pero debemos ayudarnos los unos a los otros a apropiarnos de Cristo, no de las últimas técnicas de la psicoterapia enfocada en uno mismo.
4: LA PSICOLOGÍA CRISTIANA SOCAVA LA SUFICIENCIA Y AUTORIDAD DE LA PALABRA DE DIOS.
Por supuesto que esto se relaciona con la suficiencia de Cristo y el Espíritu Santo. Pero se extiende a toda la Escritura. La psicología Cristiana nos dice que la Palabra está bien, en tanto se quede allí, pero que no trata con todos los problemas complejos que enfrentamos en estos días. La Biblia está bien para tratar con los asuntos espirituales de la salvación, pero cuando se trata de lidiar con los problemas emocionales necesitas un terapeuta entrenado. Por ejemplo, la revista Christianity Today (Cristianismo Hoy) [2/10/92, p. 28] afirmó con gran pompa, "Mito: Un pastor es competente para aconsejar a sus feligreses. Hechos: La mayoría de los pastores están armados apenas con un precario conocimiento de las terapias conductuales. El llamado del pastor es, fundamentalmente, un llamado espiritual, ayudar a la gente a encontrar fortaleza en la presencia de Dios y un sentido de dirección divina en medio de la dificultad. El ajuste psicológico es un asunto diferente, y cuando requiere una atención seria, los pastores deberían encontrar maneras de asociarse con consejeros y terapeutas profesionales".
John Coe de la Escuela de Psicología Rosemead. Coe desarrolla el argumento de que la Escritura es solo parte de la revelación de Dios. Acude a Tomás de Aquino a que testifique que Dios no solamente nos habla a través de la Palabra, sino también en la naturaleza. Coe afirma, "Solo cuando todas las formas de revelación sean tomadas juntas podemos hablar de la suficiencia de la revelación". Él dice que "la Biblia provee la interpretación divina de los aspectos de la historia y la naturaleza. Pero ella sola es insuficiente" Afirma que el autor de Eclesiastés "está consciente tanto de la insuficiencia de la Biblia sola lo mismo que de la sabiduría natural sola". Coe está tratando de establecer el punto de que necesitamos la sabiduría obtenida a través de la psicología para complementar la Escritura, porque "toda verdad es la verdad de Dios". "La Biblia no nos dice todo lo que necesitamos saber con respecto a la medicina o las matemáticas. De la misma manera es tonto ignorar la "sabiduría" de la psicología moderna".
Pero estos argumentos son falaces y perjudiciales para la autoridad de la Escritura. El punto real es, ¿cómo determinamos qué es la verdad, especialmente en el ámbito psicológico? La psicología se inmiscuye en asuntos tratados con total claridad en la Biblia: la ira, la lujuria (adicción sexual), la amargura, la ansiedad, el lenguaje abusivo, la depresión y muchas otras áreas. Toda la Biblia expresa el propósito de ayudarnos a tener relaciones saludables ("ama a tu prójimo"). La Biblia habla de algunos asuntos médicos, pero ése no es su punto focal. Pero nos dice con claridad cómo tratar con los mismos problemas que la psicología pretende ayudarnos a resolver.
Y la psicología siempre toma una aproximación diferente al de la Escritura debido a que se enfoca en el yo y no se interesa por agradar a Dios.
Además, es engañoso asumir que la psicología es una ciencia a la par de la medicina moderna. Literalmente existen cientos de psicoterapias que disputan entre sí y que no tienen ninguna validez científicamente establecida. Si hay "verdades" psicológicas, entonces se alinearán con la Escritura, en cuyo caso la psicología está de más.
5. LA PSICOLOGÍA CRISTIANA MINIMIZA LA VISIÓN BÍBLICA DEL PECADO Y LA RESPONSABILIDAD PERSONAL.
Si ha leído parte de la literatura de la psicología Cristiana popular entonces no necesitaré probarle que el movimiento de la psicología Cristiana minimiza grandemente la visión bíblica del pecado y la responsabilidad personal. El movimiento usa de manera consistente una terminología médica que implica que la persona no es responsable de sus problemas.
La expresión, Él es un "adicto sexual", no alguien esclavizado por la lujuria. “Es un alcohólico, no un borracho”. “Se halla en recuperación, no en arrepentimiento”.
Un manual de trabajo llamado, "Los Doce Pasos para Cristianos", usado por la anterior iglesia de Chuck Swindoll en Fullerton, declara, "Para los Cristianos que sufren de una enfermedad adictiva, o que son producto de una familia con rasgos adictivos, los mensajes de juicio por parte de la Iglesia pueden ser especialmente problemáticos. Pueden impedir que una persona busque su recuperación... A medida que llegamos a estar dispuestos a admitir nuestra disfunción, ante nosotros mismos y ante otros en recuperación, veremos que este proceso representa una oportunidad de sanidad y es altamente gratificante..." Continúa diciéndonos que necesitamos "reconocer, e incluso hacernos amigos de nuestra naturaleza negativa o reprimida". Aprenderemos a "aceptar nuestras tendencias no deseadas tales como la ira, la conducta sexual inapropiada, la hostilidad o la agresión". ¿Notó usted que no hubo ninguna mención del pecado, la corrupción, el arrepentimiento, o del favor inmerecido de Dios?
Algunas páginas más adelante el manual enumera algunas señales clave en el proceso de recuperación. Una es que "generalmente nos aprobamos a nosotros mismos". Otra afirma que "nos estamos recuperando por amarnos y enfocarnos en nosotros mismos". ¡Nos sentimos cómodos levantándonos a nosotros mismos cuando es apropiado! ¡Amamos a la gente que se ama y que se cuida a sí misma! ¡Tenemos una autoestima saludable!. Podría seguir citando ejemplos del lenguaje psicologizante que ha inundado la iglesia. Este simplemente se hace eco del actual énfasis cultural en la victimización y la auto-aceptación, no importa de qué manera tan terrible una persona haya pecado.
Entonces, con el testimonio del pastor y los cinco puntos tratados, se podría decir que, por cualquier estándar la psicología ha tenido un gran impacto sobre la comunidad cristiana durante los pasados treinta años, creando una mentalidad colectiva aun dentro de la iglesia. Ya sea que el impacto haya sido positivo, negativo o neutral es a menudo el tema de un debate candente. Explicare las tendencias y algunos autores de la Psicología cristiana
LOS INTEGRACIONISTAS: creen que puesto que toda la verdad es la verdad de Dios la integración de la verdad bíblica con la “verdad” psicológica no es un gran problema. Siempre y cuando la “verdad” Psicológica no contradiga la Biblia puede ser de confianza. Los Narramores así como Minrith Y Meier serían buenos representantes de este campo. Vea el libro de Bruce Narramore: The Integration of Psychology and Theology [La integración de la Psicología y la Teología].
LOS NO INTEGRACIONISTAS: por el otro lado, creen que es imposible integrar la Palabra de Dios con las perspectivas humanas de la sociología. Insisten en que la Biblia y la psicología no tienen una base en común. En este campo estarían Jay Adams, los Bobgans, y Jim Owen. Un excelente libro defendiendo esta posición es el libro de Owen Christian Psichology’s War on God’s Word [La Guerra Psicológica Cristiana sobre la Palabra de Dios].
UNA TERCERA PERSPECTIVA SEPARA LA VERDAD BÍBLICA DE LA VERDAD PSICOLÓGICA Y NO HACE NINGÚN INTENTO DE RECONCILIAR A LAS DOS: La idea detrás de esta posición es que las Escrituras tratan con los temas espirituales y teológicos, mientras que la psicología maneja los problemas mentales y psicológicos que están fuera del alcance de la Biblia. Si uno tiene un problema espiritual debe ir a la Biblia; si alguien tiene un problema como la ansiedad, la culpa, la aceptación de sí mismo, inseguridad, etc. Debe ir a la psicología.
ENTONCES EXISTEN AQUELLOS QUE AFIRMARÍAN SER CONSEJEROS BÍBLICOS QUIENES SIMPLEMENTE TOMAN PRESTADO LO MEJOR QUE LA PSICOLOGÍA PUEDE OFRECER SIN INTEGRARLA REALMENTE CON LA PALABRA: Larry Crabb toma este enfoque el cual llama: “Amargar a los egipcios” (Effective Biblical Counseling, p. 47-56). Lo siguiente es lo que Crabb ha tomado prestado de los egipcios (psicólogos seculares) que él siente es necesario para su sistema. Como puede verse fácilmente, Crabb es un integracionista ya sea que acepte el título o no: El hombre es responsable (Glasser) de creer la verdad la cual resultará en una conducta responsable (Ellis) que le proveerá significado, esperanza (Frankl) y amor (Fromm) y servirá como una guía (Adler) para vivir eficazmente con otros como – el yo y los demás- un persona aceptada (Harris) que se comprende a sí mismo (Freud) que se expresa adecuadamente (Perls), y quien conoce como controlarse a sí mismo (Skinner) (Ibid., p. 56).
Al escribir este artículo, nos damos cuenta que la Psicología Cristiana se ha convertido en una especie de “vaca sagrada”; como Jim Owen dice en Christian Psychology’s War on God’s Word: “La presuposiciones y los métodos de consejería de la psicología se han convertido tan integradas al pensamiento evangélico en cada nivel que atreverse a criticar es invitar a la ira y a la censura. Las verdades “descubiertas” practicadas por la sociología ‘cristiana’ se están acercando rápidamente al estatus reservado a la Escritura.” Sin embargo, es importante que analicemos este movimiento a la luz de la Palabra.